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Aprendiendo a sanar las heridas de crianza, fue una escuela para padres que llegó al corazón de nuestras familias.
- 5 noviembre, 2020
- Publicado por: administradorCNY
- Categoría: Noticias
![](https://colegionuevayork.edu.co/wp-content/uploads/2020/11/escuela-para-padres-1170x500.jpg)
Los padres de la sección de bachillerato junior nos dieron sus valiosos aportes acerca de lo significativo que fue para ellos la escuela de padres, “Aprendiendo a sanar las heridas de crianza”; compartimos con la comunidad algunos de sus mensajes:
Familia Martin Martin – Octavo B
Buenas noches, los mensajes de esta escuela de padres muy enriquecedores, nos llevan a una realidad que no vislumbramos casi nunca y es el entender los efectos de situaciones de nuestra niñez que tal vez hasta no recordamos y su influencia en nuestra forma de actuar como padres ante nuestros hijos. Muy interesante cada concepto expuesto en esta exposición del módulo 93, nos recordó conceptos que son sencillos pero tan evidentes que al final nunca nos detuvimos a repensar y aplicar.
Familia Duque Solarte – Sexto C
Somos muchos los que queremos cambiar y si cambiamos como padres o integrantes de un sistema, nuestro planeta cambia y por ende nuestros hijos y familia. Debemos siempre vibrar en positivo, en amor, tolerancia, respeto y armonía. La Pandemia debe dejar corazones fuertes, amor, solidaridad, ¿el preguntar cómo estás? ¿necesitas hablar? trabajo en equipo, ponernos en los zapatos del otro y hablar sin agredir. Amor propio. Los felicito como siempre por estas importantes charlas y buenos profesionales que las exponen. Gracias por estar allí en temas tan importantes. Pongamos todos un granito de arena para que el planeta vibre y baje la agresividad. Luchemos por los sueños y el respeto de nuestros niños y jóvenes.
Familia Téllez Moreno – Séptimo A
Cuando acompañamos a los niños en su proceso educativo desde el respeto y el no juicio, podemos interactuar con ellos apreciando sus capacidades sin necesidad de imponer las nuestras. El amor incondicional es el mejor empuje que les podemos dar para hacerles volar, sabiendo que si en la odisea se les rompe un ala, nosotros estaremos allí para ellos. Ese amor es la base sobre la que se sustenta la mejor versión de nuestros hijos. Poder darles ese amor, pasa por amarnos y aceptarnos incondicionalmente a nosotros mismos.