¿Y para qué me sirve lo que estoy aprendiendo? Quizás hayamos escuchado esta pregunta alguna vez en nuestras experiencias pedagógicas. La respuesta está en permitir que nuestros estudiantes exploren por sí mismos y lleguen a resolver sus inquietudes haciendo uso de contextos reales.
Para culminar nuestro proceso del segundo periodo, los estudiantes de primer grado tuvieron la oportunidad de aplicar lo aprendido en nuestra unidad de indagación “Cómo nos organizamos” a través de una experiencia significativa en la que visitaban diferentes lugares dentro de la comunidad.
Por medio de un mapa interactivo resolvieron situaciones de la vida real.
Compararon precios de diferentes productos, compraron ingredientes en la tienda virtual utilizando cierta cantidad de dinero.
Identificaron a los miembros de la comunidad que les ayudan a resolver distintas situaciones.
Identificaron que los animales son una parte importante de nuestra comunidad y que ellos también pertenecen a diferentes grupos según sus características. Además, comprendieron que todos nuestros actos influyen en el bienestar de otros seres humanos y de la naturaleza que nos rodea.
Todo lo aprendido a lo largo del trimestre fue de gran importancia para cumplir con los retos propuestos dentro de la comunidad que visitaron.
En resumen, una gran experiencia a través de la cual evidenciamos que los niños, como parte fundamental de una comunidad son quienes pueden transformarla, siendo agentes activos para generar cambios, emprendiendo acciones que permitan un mayor bienestar para sí mismos y su entorno, aplicando cada uno de sus saberes en los distintos espacios que la conforman y siendo nosotros, sus guías, quienes tenemos la gran responsabilidad de enseñarles cómo aprovechar y cuidar todo lo que se les brinda en ellas.