El pasado jueves 16 de noviembre, los estudiantes de transición culminaron su último trimestre del año con una experiencia que combinó investigación, creatividad y grandes aprendizajes, se convirtieron en pequeños curadores y expusieron sobre diferentes seres vivos poco conocidos.
El cierre consistió en presentar una escultura y diferentes apoyos visuales informativos creados por los niños, mostrando las habilidades artísticas y de investigación. Cada estudiante eligió un ser vivo peculiar e investigó todo el periodo acerca de este. Ese día, el aula se transformó en un museo lleno de color y datos interesantes. Mientras los pequeños de transición hablaban de sus plantas o animales, los estudiantes de los otros grados de preescolar, pudieron explorar y aprender de un mundo lleno de seres vivos extraordinarios, que tal vez no conocían. La exposición contó con animales de tamaño milimétrico, como el oso tardígrado, y hasta criaturas gigantescas como el megalodón, con plantas exóticas como la flor de porcelana y animales exóticos como el pato mandarín.
Con entusiasmo, los niños compartieron sus indagaciones sobre los seres vivos que habían elegido, destacando sus hábitats, alimentación, reproducción, datos curiosos, su importancia para el planeta, formas de cuidado de su hábitat y cómo hacer para cuidarlos desde nuestro entorno más cercano.
Preescolar se sumergió en conversaciones emocionantes sobre estos seres tan especiales e importantes para nuestro planeta. Este momento, no solo fomentó la investigación y la expresión artística, sino que también fortaleció la confianza y habilidades comunicativas. Además, se promovió el trabajo colaborativo, ya que los pequeños compartieron conocimientos y se apoyaron en este viaje de descubrimiento.
El cierre de unidad fue un testimonio del compromiso de toda la comunidad con la educación integral, donde el aprendizaje va más allá de las aulas, los estudiantes pudieron reconocer la importancia de sus ideas para cuidar el mundo en el que vivimos.