Wakatá, en vocablo muisca, significa “Lo sagrado”. Este es el nombre del Bioparque que los estudiantes de quinto grado visitaron en su tan esperada salida pedagógica. Tiene esta denominación ya que representa la labor de conservación de la biodiversidad que se realiza en este bioparque que hace parte del parque Jaime Duque.
Nuestros estudiantes tuvieron la oportunidad de observar alrededor de 100 especies diferentes de animales, rodeados por una excelente ambientación de sus hábitats y del hermoso paisaje de nuestra sabana de Bogotá. Un maravilloso espacio para que los estudiantes indagaran sobre la naturaleza y el modo en que los seres humanos usan la comprensión de los principios de biosfera para aportar a ella, estrechamente conectada con nuestra unidad de indagación: Cómo funciona el mundo. La mayoría de estas especies han sido rescatadas del tráfico ilegal, nuestros niños pudieron evidenciar por todo el recorrido un gran número de personas apasionadas por la fauna y su cuidado: veterinarios, biólogos y zootecnistas. Nuestra guía era una bióloga con experiencia en cuidado y conservación, nos llevó por las diferentes áreas del parque, explicando la ecología de cada una de las especies así como los aspectos en los que el Bioparque estaba trabajando para su conservación. Este, sin lugar a dudas fue un espacio para que maestros y estudiantes comprendieramos que es necesario conocer nuestra fauna y flora para poder emprender acciones de conservación de las mismas. Así mismo, los estudiantes se cuestionaron sobre cuál podría ser su papel en la restauración de estas especies y a medida que avanzamos encontraban las respuestas y reflexiones con la ayuda de nuestra guía y a su vez observando como todas las personas que trabajaban allí con un especial y amoroso cuidado trataban tanto a plantas como animales.