El trabajo colaborativo en la primera infancia es crucial para el desarrollo integral de los niños. Les enseña habilidades sociales, emocionales y cognitivas fundamentales, como la comunicación, la resolución de problemas, el trabajo en equipo y la empatía; además, fomenta una sensación de pertenencia y comunidad en el entorno escolar.
Los descansos representan una oportunidad valiosa en preescolar para integrar actividades colaborativas, utilizando materiales simples como pelotas, bolos, fichas de lego, rompecabezas, entre otros.
Estas actividades no solo promueven el desarrollo físico de los niños y niñas, sino que también fortalecen habilidades sociales y emocionales fundamentales. Al fomentar el trabajo en equipo y la colaboración desde una edad temprana, sentamos las bases para un aprendizaje efectivo y un desarrollo integral en la infancia.