Explorando y aprendiendo en las Minas de Sal de Nemocón.
El pasado viernes 3 de noviembre, los estudiantes de primaria del Colegio Nueva York, se embarcaron en una emocionante aventura llena de descubrimientos y curiosidades al visitar las fascinantes Minas de Sal de Nemocón.
Desde tempranas horas de la mañana, este grupo de estudiantes aventureros partió rumbo a las profundidades de las montañas de Nemocón, ansiosos por explorar un mundo subterráneo lleno de misterios. Armados con cascos y algunas linternas, los estudiantes recorrieron con curiosidad cada rincón de estas antiguas minas, que durante siglos han sido un tesoro para esta región.
La visita proporcionó a los niños una experiencia única y enriquecedora. A medida que caminaban por los estrechos pasadizos, pudieron apreciar la belleza deslumbrante de las paredes de sal, que parecían auténticas esculturas naturales. El resplandor producido por la iluminación especial, otorgaba a este lugar una atmósfera mística, estableciendo un ambiente mágico que cautivó los corazones de los pequeños exploradores.
Mientras los guías compartían su conocimiento sobre la historia y formación de las minas de sal, los estudiantes se sumergían en un viaje al pasado, donde imaginaban a los valientes mineros que, durante generaciones, trabajaron arduamente en busca de este preciado tesoro. Tal experiencia les hizo apreciar el valor del esfuerzo y la importancia de la riqueza natural que nos rodea.
Al finalizar la visita, los niños emergieron de las profundidades de la tierra con sonrisas radiantes y corazones llenos de gratitud y asombro. La jornada a las minas de sal de Nemocón no solo tuvo un impacto educativo, sino también un efecto transformador en la manera en que los niños valoran la historia y la naturaleza. Sin duda, esta visita inolvidable dejará una huella en la vida de estos pequeños exploradores, quienes regresaron a su colegio con una nueva perspectiva sobre el mundo que los rodea, recordándoles la importancia de conservar y valorar los tesoros ocultos que nos ofrece la Madre Naturaleza.